19 oct 2010

El Espinazo del Diablo (2001)



Filmaffinity
IMDB


Un hogar para pequeños republicanos, dirigido por una coja (la Paredes) y un argentino (no, Alterio no, el otro) enamorado de ella. Una cocinera mona (Irene Visedo), despertando hormonas, y el portero, medio facha, ambicioso y vibrador de ambas féminas (Noriega, claro).Y claro, los niños, de todo tipo pero muy bien actuados.

SPOILERS

Ah, uno de los niños es un fantasma que busca venganza, como en Al Final de la Escalera. La intriga es bastante simple, lo que en este caso no es bueno. No quiero revelar el argumento, así que solamente diré que se entrecruzan las relaciónes del niño protagonista (Fernando Tielve) con sus compañeros, sobre todo el muerto y la búsqueda por parte de Noriega del tesoro que financia el orfanato, aprovechándose de las ganas de marcha de la Paredes para robarle llave tras llave. Luppi es el gran héroe, la figura patriarcal que ayudará a los niños incluso...


El toque hispanoamericano está claro. La magia y lo sobrenatural se mezclan con el realismo social. La muerte, lo inmortal y lo letal aparecen como elementos poco ajenos a los personajes. Y claro, también vemos cosillas que remiten a Buñuel, o al marqués de Sade. Luppi se dedica a vender el líquido de los frascos de fetos deformes como un licor exquisito, acto sutilmente caníbal de inspiración surrealista. También veo a Buñuel en el viridianil acto de sacar a todos los santos a relucir por si vienen los fachas, y en la pata de palo tristanesca de Paredes. Y también otro detalle que a mí me parece muy simbólico. El patio del colegio está presidido por una bomba que no explotó, erguida como el monolito de Kubrick, con misteriosos sonidos internos a pesar de haber sido desactivada, que se convierte, como el monolito, en algo que acompaña a la evolución y al aprendizaje que se dá a través de la violencia. Si el monolito aparece cuando los simios se hacen humanos a través de machucarle la testa al prójimo, la bomba cae la noche del asesinato del niño fantasma (que es muy original en su concepcion, por cierto), cuando uno de los chicos madura a través de experimentar la muerte de cerca.


A pesar de tomar partido por la república, no creo que Del Toro pretenda utilizar a Noriega como símil de Franco o el franquismo, más que nada por el físico. Lo que se denuncia es la maldad del oportunista, del que se aprovecha de las desgracias ajenas, provocándolas o no: y ese tipo de carroñero aparece en todas las guerras y en todos los bandos, en todos los atentados, catástrofes y accidentes. Se critica al ingrato, al violento, al egoísta. Una vida cruel no justifica la maldad de un ser humano.

Y todo esto en un envoltorio precioso, con una fotografía hermosa y un diseño de producción rozando lo perfecto. Y resulta que al final más que con la historia te quedas con la sensación de haber visto un poema. El lirismo que destila la película, su nada disimulado carácter de cuento de hadas y su reflexión sobre los fantasmas, que no quiero revelar aquí y que es muy importante en la película nos, llevan a un mundo aparte, a sensaciones nuevas, a la emoción de algo más lírico que épico, más cercano a lo infantil que a lo terrorífico, algo lleno de esperanza.

¿Qué es un fantasma...?

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