26 oct 2010

King Kong (2005)


Filmaffinity
IMDB


Fui con muchas dudas a verla. Por una parte confiaba en Peter Jackson después de haber visto películas suyas magníficas. Por otra parte desconfío de los remakes porque casi nunca sale nada verdaderamente bueno de ellos.

Además, había leído opiniones para todos los gustos, alguna verdaderamente entusiasta, pero casi todas decepcionadas. A unos no les gusta la parte del principio, a otros la del medio, a otros la del final. Se suponía que los efectos especiales no estaban a la altura, que los actores (salvo la protagonista) no estaban nada bien, que sobraba metraje por todas partes... La gente la calificaba por partes, cuando otras veces juzgan sagas enteras como una unidad. Se hablaba de ella en ocasiones con tanto ensañamiento como con la nueva trilogía de Star Wars...

¿Y qué me he encontrado? Que casi todo el mundo había visto... otra película.


Porque si la grandiosidad en cine tiene un nombre, desde ahora es Kong. Si hay un remake hecho con respeto y con cariño, es esta película, llena de homenajes, de verdaderos homenajes, que no de plagios. Si hay diversión, ternura, emoción y terror, aquí están.

Porque no me parece lógico ensañarse con dos planos de efectos digitales cuando están rodeados de otros 20 perfectos. Porque esa obsesión porque "no se note nunca nada y si no, no vale" nos va a acabar impidiendo disfrutar de la magia del cine. Porque pareciera que el único con derecho a hacer películas de dinosaurios es Steven Spielberg. Y encima Kong es pura perfección, uno de los hitos de la infografía, un actor digital de primer orden.


King Kong es una historia de amor y ternura tremenda; las escenas en que Ann Darrow logra la amistad del simio a base de hacer el saltimbanqui, el baile sobre el hielo o los momentos frente a un sol posado sobre el horizonte, son puro amor al cine: dejarse llevar para contemplar la belleza plasmable en una pantalla. Nada que ver con los delirios eróticos de la versión de Guillermin.

King Kong es un film coherente, que podría tener una duración más breve, pero que está perfectamente equilibrado internamente. Ninguno de los actos, entre un prólogo y un desenlace magníficos, pierde ni ritmo, ni diversión ni interés. King Kong es un festival del exceso, pero el mismo concepto de King Kong es excesivo: o se hace un film excesivo o no se molesta uno en hacerlo...


Y además es un film sobre el amor al cine, sobre la pasión por hacer cine, por el espectáculo, llevada a la psicopatía. El director se identifica con el personaje más desagradable y rastrero de todos, retratado de manera verdaderamente negativa, no como en el film original. Por esto y por algunos aspectos secundarios, al film de Jackson que más me recuerda es a Forgotten Silver (La Verdadera Historia del Cine), un mediometraje que aprovecho para recomendar.

En fin: imprescindible para amantes del cine de cualquier y de todas las épocas.

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