17 oct 2010

El Padrino III (1990)


Filmaffinity
IMDB


Vale que no está Robert Duvall. Vale que Sofia Coppola ante las cámaras es un paquete. Vale que se hizo mucho después que las otras dos. Vale que Gordon Willis estuvo menos inspirado en la fotografía. Pero haberla visto por tercera vez la eleva a la categoría que merece, Obra Maestra entre las Obras Maestras, como sus dos hermanas mayores. Mi favorita es El Padrino II, seguida de El Padrino, pero ahora la tercera parte la situo solamente un poquito por detrás, solamente un poco. Las dos primeras horas del film son de una excelente película, pero los últimos 40 minutos son arte puro, una obra maestra como la copa de un pino.


SPOILERS

Michael Corleone intenta salvar los restos del naufragio (el inicio, con la casa del Lago Tahoe abandonada y ruinosa es el enlace perfecto con la anterior), lo que queda de la familia que rompió, atormentado por haber ordenado matar a Fredo, su hermano, e intenta redimirse haciendo tratos con grandes empresarios y la Iglesia, solamente para darse cuenta de que cuanto más alto subes, más mierda encuentras. Una historia de amor imposible, el ascenso del personaje de Talia Shire a un papel insólito y el relevo en el personaje de Andy García aderezan la primera parte, con escenas excelentes como un asesinato en una feria callejera.


Pero sin duda, la maestría de Coppola alcanza uno de los puntos más altos de su carrera en el tramo final del film, versión corregida, aumentada y mejorada de la parte del bautizo en la primera película. Porque el montaje y la planificación, no solamente visual (el sonido tiene una importancia extrema, y todos los recursos con el relacionados) y el enfrentamiento de lo simbólico (la representación de la ópera) con lo real, buscando siempre la analogía (que los críticos tocahuevos llamarán redundancia) llegan a una perfección que pocas veces he visto en un film. Y aún quedan un par de escenas perfectas en su devastación.


En fin, reivindico la magistralidad de El Padrino III. 20 años después está mejor que nunca. Todo el mundo debería de volver a verla para comprobar que está infravalorada.

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