19 oct 2010
En Busca del Arca Perdida (1981)
Filmaffinity
IMDB
SPOILERS
El intento de Lucas y Spielberg de resucitar el género de aventuras, tomando como punto de partida el estilo de los seriales cliffhangeros y los films casi siempre de serie B que habían seguido con fruición en su infancia, no pudo haber tenido resultados mejores.
Uniendo elementos de esas películas y seriales con el estilo de diálogos y situaciones de las mejores comedias de los años 30, más el interés de Spielberg por dirigir un film de James Bond (al que las aventuras de Indiana Jones deben mucho, partiendo de la estructura del guión con una breve aventura que sirve como prólogo a la trama principal), lograron crear con En Busca del Arca Perdida un film de acción casi sin respiro, entretejido con elementos humorísticos, fantásticos e incluso terroríficos absolutamente inolvidable.
El mismo protagonista, que combina elementos del héroe de toda la vida con ciertos rasgos del antihéroe de las décadas inmediatamente anteriores es uno de los mayores hallazgos del film. Una imagen que se convierte en un icono dede la primera vez que aparece en pantalla, con su sombrero, su látigo y su cazadora. Un personaje que combina una vida bastante rutinaria como profesor universitario con una vida de cazatesoros de discutibles métodos que lo llevan alrededor del mundo. Pero también un protagonista con mal carácter, al que le duelen las heridas y las magulladuras y terriblemente gafe a la hora de meterse en líos, aunque al final salga airoso de sus aventuras.
Eso sí, como en Ítaca de Kavafis, lo de menos es llegar; lo que importa es el viaje. Porque Indiana Jones casi nunca consigue el objetivo deseado al principio; es más, al final siempre se da cuenta que el artefacto mágico, la reliquia esotérica que buscaba es mejor que no esté en manos de nadie. Ni en un museo siquiera.
El reparto es excelente, desde Harrison Ford (conviertiéndose en mito por segunda vez, tras ser Han Solo; no sería el último, al año siguiente sería Rick Deckard) hasta la enérgica Karen Allen (en un registro deudor de la Katherine Hepburn de los 30), pasando por todos y cada uno de los secundarios, desde la elegancia del malvado Belloq (Paul Freeman) hasta Ronald Lacey como el siniestro Toht (protagonista de quizás el mejor gag del film: el misterioso aparato de tortura que resulta ser simplemente una percha). También son interesantes Denholm Elliot y John Rhys-Davies; tanto que ganarían protagonismo en la tercera entrega de la serie.
El excelente guión de Lawrence Kasdan, permite a Spielberg desplegar su maestría en la puesta en escena. Qué pena que a lo largo de los 80 y 90 el realizador estuviera tan empeñado en que lo tomásemos en serio, dado que lo mejor que sabe hacer es entretener: qué manía de intentar enseñar ética y moral. Hay elementos muy bien resueltos: cuesta imaginar mejor forma de expresar la iracunda omnipotencia del Jehová del Antiguo Testamento que la escena de la apertura del Arca de la Alianza.
En fin, una Obra Maestra del cine de aventuras, una de las mejores muestras del talento de sus creadores y un fim inolvidable, al menos para un par de generaciones, al menos para la mía.
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